31. Hoy quiero hacerte pensar.

Tal vez la motivación, la alegría y la energía no nos viene de serie, O, más bien, sí, pero la vamos perdiendo por el camino. Conforme crecemos, dejamos de ser niños y de habitar esa felicidad tan inocente de nuestros primeros años. Se va perdiendo.

Luego, la vida nos va llevando. Los estudios, el trabajo, la pareja, tener familia, ahorrar o  tan solo subsistir… las preocupaciones, las cositas de salud (o grandes cosas) que nos van saliendo, los quebraderos de cabeza, el no saber qué hacer o por dónde salir… o, simplemente acomodándonos en una realidad, aparentemente segura, por conocida, aunque no cómoda ni satisfactoria.

La felicidad de ese primer niño que fuimos queda tan, tan lejos, que ya ni la recordamos, ya no sabemos lo que es, y la confundimos con la «seguridad» del presente, de ese exterior que vemos como único posible, ese exterior que no es que sea muy allá, pero es NUESTRO. Es MIO, como Gollum en el Señor de los anillos.

Es Mio, que nadie me lo arrebate.

Leer más

26. El cambio, tú y el efecto mariposa.

A veces, nos aferramos a ideas fijas, inamovibles. A patrones, hábitos, pensamientos o creencias sobre alguna cosa. Incluso a ideas fijas sobre nosotros mismos: «Yo soy así». «Así hago las cosas».
Nos aferramos a conceptos fijos como si los pegáramos con pegamento.
Es comprensible. Establecer patrones o actitudes nos hace sentirnos seguros y con confianza.
Pero ¿sabes? La vida es cambiante. ¿No te habías dado cuenta? Cuando todo parece ir bien, algo pasa, y se vuelve a trastocar. Cuando todo parece ir mal, llega un momento en el que se despeja. Todo gira, todo da la vuelta, todo cambia. La vida es un cambio constante.
De hecho, hasta tú cambias. Hoy no eres el mismo que ayer. No. Estás condicionado por tus días precedentes, pero no eres ya el mismo. Es un nuevo día y eres un nuevo tú.

Leer más