19. El precio que hay que pagar.

Hasta aquí todo fácil y cómodo. Seguirá siéndolo, pero… (siempre hay un pero) quiero avisarte, hay un pero poderoso y no es otro que el precio que hay que pagar.

Para ser justa y honesta contigo debo advertirte y luego tú decides si continúas el camino. Alguno se bajará del tren. Soy consciente de ello. También sé que tú eres valiente.

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