19. El precio que hay que pagar.

Hasta aquí todo fácil y cómodo. Seguirá siéndolo, pero… (siempre hay un pero) quiero avisarte, hay un pero poderoso y no es otro que el precio que hay que pagar.

Para ser justa y honesta contigo debo advertirte y luego tú decides si continúas el camino. Alguno se bajará del tren. Soy consciente de ello. También sé que tú eres valiente.

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18. ¿A dónde vamos?

A ver, ¡el de las quejas! , que hablábamos en un artículo anterior.

Ven «pa´acá», que quiero hablar contigo. Jjjj.

Creo que empieza a estar claro que lo primero son los pensamientos. Darse cuenta de los pensamientos que tenemos es el primer paso.

El que se queja, lo hace por hábito y sin pensar. Cuando seas consciente de lo que estás pensando ¡bien! has dado con el primer paso. Sólo hay un camino desde ahí, y es muy simple:

No quejarte. Así de simple. ¿Ves qué sencillo?

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